jueves, 4 de junio de 2015

On air: La batalla de Cádiz

Susana Díaz y Teófila con el tipo de la chirigota del Gómez
los que ponen la primera piedra. Foto: Cadizdirecto.
Mucho Juego de Tronos y poco respeto al ciudadano. La política en Cádiz se ha convertido en una partida de ajedrez en la que las fichas las mueve la Khalessi de Triana, como la llama Fernando Santiago. Por eso, hoy le he dedicado mi columna en la Candea SER.

Tengo la peor consideración posible de Susana Díaz. Su llegada a la presidencia de la Junta con un curriculum laboral en blanco fuera del PSOE representaba el culmen del triunfo de los políticos profesionales. Esos que se dedican a medrar en el partido, a eliminar a los disidentes, a vivir la política como un combate y no como una vocación de servicio público para mejorar la vida de los ciudadanos encontraban su representante máxima.
Sin embargo, con el tiempo me he dado cuenta de que no. De que me quedé absolutamente corto. Que Maquiavello se ha reencarnado en la hija de un fontanero que presume de roja y honesta pero que no parece ser ni una cosa ni otra.
Repasemos un poco los acontecimientos. Susana Díaz sustituyó a Griñán, ahora en puertas de ser imputado por los EREs, y heredó un pacto de gobierno con Izquierda Unida. Después de aprobar los presupuestos para 2015, en enero de este año Susana dinamitó el acuerdo para buscar, según decía, una mayor estabilidad. Convocó unas elecciones en las que recibió menos votos que Griñán y se quedó sin encontrar apoyos para su investidura.
Pero que a Susana los planes le salgan mal no le importa porque siempre se le ocurre una huida hacia delante. Hoy publica El País, fuente fiable cuando se trata del PSOE de Andalucía, que Susana Díaz está dispuesta a dejar gobernar a Teófila Martínez en Cádiz. En Sevilla o Jerez le sirven los votos de las candidaturas de izquierdas para que el PSOE logre las alcaldías, pero en Cádiz no está dispuesta a permitir el gobierno de Por Cádiz sí se puede.
En campaña ella dijo que nada le unía al PP ni a Podemos, pero parece que en Cádiz le unen más cosas a Teófila que al Kichi. Quizá sea su forma de pagarle a Teresa Rodríguez por la humillación de la triple investidura fallida. O quizá utilice Cádiz para darle una patada en la espinilla a su archienemigo, que no es Mariano Rajoy, precisamente, sino Pedro Sánchez.
Cuanto más se acerca el 13 de junio más lejos está el cambio que la ciudadanía de Cádiz ha votado. La duda es saber si el PSOE de Cádiz está dispuesto a convertirse en el tonto útil del susanismo. Con tantos sueldos de la Junta y Diputación por repartir entre tantos políticos profesionales como hay en Gaspar del Pino, la respuesta parece clara. Veremos. Si siguen los designios susanistas estarán cavando la tumba del PSOE en Cádiz. Un partido que en 20 años ha pasado de gobernar a tener cinco concejales. Y aún puede caer más bajo.

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