martes, 19 de marzo de 2013

On air: Sólo dos cosas buenas

A veces pienso que siempre estoy criticando, que siempre cuento las cosas malas que pasan. No es que me esfuerce, me sale solo porque la situación es lo que pide. Veo tantas situaciones difíciles que es mucho más fácil reflejar estas que encontrar unas buenas noticias. Esta semana, sin embargo, he aprovechado que habían coincidido dos buenos proyectos, aunque sólo fueran proyectos, para contar dos cosas buenas en mi columna de Radio Cádiz. Eso sí, sólo dos cosas buenas.


En los casi cuatro años que llevo haciendo estas columnas para Radio Cádiz, siempre ha primado una visión crítica. Han sido pocas las ocasiones en las que he utilizado este espacio de libertad que me brinda la SER para ensalzar la figura o la acción de alguna persona. No es que yo sea un tipo resentido ni pesimista, al menos no me tengo por tal, es que ha coincidido con los que probablemente hayan sido los cuatro años más convulsos, duros y deprimentes de la historia reciente de España.  
Esta semana, no obstante, he decidido destacar dos noticias buenas. No me faltan motivos para hacer crítica. De hecho, ahora mismo están los compañeros de Navantia encerrados exigiendo barcos con los que hacer sudar su frente para ganarse el pan. También estamos de protesta universitaria contra las políticas liberales de un gobierno que no quiere que la Universidad siga siendo la escalera de ascenso social de los hijos de la clase obrera. Pero ya digo que hoy prefiero centrarme en dos buenas noticias. 
En primer lugar la decisión del Ministerio de Defensa de ceder al Servicio Andaluz de Salud el Hospital de San Carlos. La vieja aspiración de los cañaíllas se ha hecho realidad para mejorar el mapa sanitario público de nuestra provincia y reducir el papel de la sanidad concertada que, comparativamente, aquí es seis veces superior al resto de las provincias andaluzas. Quedan flecos por cerrar, pero es un magnífico primer paso. 
También me parece una buena noticia la decisión de la Junta de Andalucía, de utilizar el terreno de la Residencia de Tiempo Libre para uso hotelero y comercial. El proyecto anterior de ubicar allí equipamientos administrativos era un auténtico ataque a la capacidad de generación de empleo turístico en una de las zonas más importantes de nuestra ciudad. 
Es cierto que lo que se anuncia es el primer paso, sacar a concurso el proyecto, pero la nueva dimensión del proyecto ofrece esperanzas para reactivar, aunque sea mínimamente, la economía turística de la ciudad. Además, un concurso público, nada de tejemanejes y regalos como los planteados por el gran capo de la sanidad concertada. 
Sólo queda esperar que ambos proyectos se desarrollen con celeridad. Ayer mismo paseaba por la puerta de la Ciudad de la Justicia y su cartel que amarillea. O el Olivillo, la Escuela de Náutica, el Pabellón Portillo, el Centro del Mayor de Loreto-Puntales, la nueva Guardería y tantos proyectos cuya efectividad se eterniza. Lo sé, eso es volver a ofrecer una visión pesimista, pero es que son tantos los ejemplos y las situaciones insoportables que hasta el día que quiero hablar destacar dos buenas noticias tengo que acordarme de muchas malas.

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