jueves, 13 de diciembre de 2012

On air: Siéntase orgulloso de ser andaluz


Me duele Andalucía. Cada vez más y cada menos. Cada vez más, porque la veo cada vez más hundida, más alejada de los estándares que quisiera para mi tierra. Pero cada vez menos porque comprendo que el problema andaluz es un problema global, mucho más que de un solo país en este mundo globalizado. Pero el tópico de la incultura, la dejadez y el pasotismo nos sigue acompañando. Por eso esta semana en mi columna he querido mencionar esta noticia y lo que supone de desmentido a esa imagen andaluza.

Cada lunes, mi camino a la Facultad coincide con La Ventana de Andalucía y su Siéntase orgulloso de ser andaluz. Semanalmente escucho al invitado de Fernando Pérez Monguió glosar las maravillas de esta tierra, sus habitantes y su historia. Produce especial sonrojo oír a Arenas envuelto en la blanquiverde cuando no cree en la autonomía o a Griñán pidiendo una gran movilización social con el único objetivo de aprovecharla políticamente como hicieron los suyos con los movimientos del 79.
 Después de haber escuchado a políticos rememorar el despertar del pueblo andaluz, yo me planto ante una clase de veinticinco universitarios que me cuentan una realidad muy diferente a la de los invitados al programa. Para estos universitarios, su orgullo consiste en mantenerse a flote. Resistir en una universidad empobrecida, sin becas, sin ilusión en el futuro. Piensan que su primer paso en el mercado laboral será apuntarse a la oficina del paro. Como un millón y medio de andaluces. Como casi seis millones de españoles. Porque uno de cada cinco parados en España es andaluz. Los datos hacen que cueste sentirse orgulloso de Andalucía, esta Andalucía tan expuesta a tópicos. Los tópicos del norte que justifican las cifras con nuestra propia incapacidad. No es nada nuevo. Los alemanes hacen lo mismo con el conjunto de los españoles. Pero también hay muchos tópicos construidos desde la propia Andalucía. Yo ya no me siento orgulloso del 4 de diciembre. Ni del referéndum por el estatuto. Para mi son otras cosas las que nos hacen sentirnos orgullosos de ser andaluces.
 Y esta semana ha habido uno de esos datos que destruyen tópicos y nos hinchan el orgullo. En el último estudio sobre los resultados de los escolares en primaria, los alumnos andaluces superan la media española y europea en compresión. Además, en Andalucía los datos de rendimiento no se relacionan con la situación socioeconómica lo que habla especialmente bien de la educación pública a esos niveles. Podría utilizar los datos para decirles a las Mato, Aguirre, Nebrera y Duran i Lleida que en el mundo hay que ahí tienen a las palomitas, a los que estudian en el suelo, a los hijos de los que se pasan el día en el bar, a los que no se les entiende… Pero eso sería hacer demagogia. Yo prefiero decirle a los que gobiernan y a los que pretenden gobernar que piensen en el futuro que le van a dar a esos niños, que inviertan más y mejor en educación. Un pueblo grande debe aspirar a grandes metas, pero está bien saber que damos algunos pasos adelante, que estamos formando a generaciones cada vez mejores. Sólo queda que estos que ahora están en el colegio puedan llegar a una universidad pública mejor en la que su futuro no sea la oficina de empleo sino un trabajo digno, de calidad y con derechos.

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