viernes, 12 de octubre de 2012

On air: Naciones y banderitas

Mesa petitoria con pata de jamón incorporada.
La foto es del blog de Fernando Santiago "Con la Venia"

El 12 de octubre es la Fiesta Nacional de la Nación española. Un mes y un día después de la Diada catalana y sólo dos días después del Día de la Banderita, organizado por Cruz Roja para que las Pititas, Borjas, Pelayos y sujetos similares practiquen su caridad con los pobres. Lo que pasa es que este año los pobres no viven en praderas remotas ni en montañas lejanas sino que los tenemos a la vuelta de nuestra esquina. Por eso, más que españolizar a los niños catalanes habría que pedirle al Gobierno que escandinavice a los niños españoles.

El 12 de octubre ha perdido bastante interés para mi. Estos últimos años me divertía ver cómo los que más presumen de españolidad, los que se envuelven en la rojigualda y la llevan en pulseritas, en pegatinas en el coche o en los cuellos de los politos, acudían a reventar su propio acto, el Día de su Fiesta Nacional, silbando al presidente del Gobierno democráticamente elegido por los españoles.
Este año no sucederá. La situación no es mucho mejor. Si le silbaban por la economía, no es que el gallego haya mejorado demasiado al leonés. Si le silbaban por el trato al ejército, no creo que la reducción de sueldo alegre demasiado a los militares. Y si los abucheos eran porque Zapatero había puesto en peligro la indisoluble unidad de la Nación española, con Rajoy la grieta a la altura del Ebro ya es visible y no parece que tenga cemento para taparla. 
Es curioso, hace justo un mes que salieron los catalanes a la calle a celebrar su día y pedir la independencia conmemorando una derrota y mañana salen los españoles a celebrar el suyo, aunque en España no hay manifestación sino desfile militar y no se conmemora una derrota sino el pasado que nunca volverá.
Como comprenderán, no soy especialmente fanático de estos actos militares y me gustaría que se ahorraran los gastos que suponen. No creo que nuestra intervención en América sea para recordarla sacando el ejército a pasear. Además, si se trata de celebrar la españolidad y salir a la calle con la bandera ya tienen los que lo necesitan cada dos años el día en el que la selección de fútbol gana un trofeo y se puede presumir de una de las pocas cosas que mantienen henchido el orgullo españolista.
De las pocas, porque dos días antes de la celebración nacional y honra a la bandera, Cruz Roja ha puesto el contrapunto. Frente a la bandera la banderita. Frente al recuerdo de un imperio con ínfulas de grandeza, la realidad de una sociedad golpeada. Por primera vez en muchos años el día de la banderita se ha dedicado a los pobres españoles. Ya no será para campañas en El Salvador, Perú o Nicaragua. Como en los tiempos de Concha Velasco, este año lo recaudado por las mesas petitorias irá destinado a paliar la situación de hambre y pobreza de quienes viven entre nosotros, para esos más de dos millones de niños que, según UNICEF, viven por debajo del umbral de la pobreza en España.
El día que acabemos con la pobreza infantil, con la exclusión social, el día que todos los que viven en España tengan un trabajo y una vivienda digna, ese día sí que será un buen día para celebrar una Fiesta Nacional. 

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