jueves, 17 de mayo de 2012

On air: ¿A dónde vamos?

Si digo la verdad, hoy no estaba muy brillante. No sé si lo estoy alguna vez, pero no era hoy, desde luego. Por días, por rachas, me embarga esta tristeza generalizada que llena los informativos y sacude nuestras calles. Siempre me surge la misma duda: ¿sabe alguien hacia dónde vamos? ¿Tiene alguien el destino y el camino a recorrer? Pensando bien, puedo entender que el Gobierno esté confundido. Pensando mal, los que nos gobiernan, emparentados con los que tienen el dinero para mandar, han decidido desmantelar nuestro Estado para hacer caja, sin importarle el futuro de España, de sus ciudadanos.


A  lo largo del día de hoy el Congreso de los Diputados convalidará el Real Decreto 16/2012 que desarrolla un recorte en la sanidad pública sin precedentes en nuestro país. Entre otras medidas, se les privará de tarjeta sanitaria a los extranjeros sin permiso de residencia y a los jóvenes de 25 años que nunca hayan trabajado. No es el primer recorte que sufrimos ni parece que será el último. Todo empezó por mayo de 2010 cuando el ex presidente Zapatero sacrificó sus ideales entregándose en cuerpo y alma a los designios del neoliberalismo más feroz. Desde entonces hemos visto recortes de sueldo en los funcionarios, rescates millonarios de cajas de ahorros, subidas del IVA y hasta tres reformas laborales que iban privando de derechos, indemnizaciones y esperanzas a los trabajadores. En paralelo la prima de riesgo seguía subiendo y el paro no bajaba. Con Zapatero en el poder Rajoy decía que era una cuestión de confianza, que él nos sacaría de la crisis, que España necesitaba un Gobierno firme y con su llegada la situación se redirigiría hacia el bienestar y la felicidad. Sin embargo, su llegada nada ha cambiado. Más bien al contrario, la prima de riesgo se desboca, nuestra deuda nos asfixia, los bancos españoles, esos que eran ejemplo de solvencia y control para el mundo entero se convierten en apestados que delatan nuestra incapacidad económica. Para enderezar el rumbo, Rajoy sube los impuestos, rescata otro banco, amnistía a los evasores fiscales, hipoteca el futuro de la educación y de la investigación de este país, apuñala la sanidad pública…
 No se trata de una cuestión partidista, de populares contra socialistas. Se trata de revertir una situación que nos tiene esclavos de los designios de unas entelequias que llaman mercados. La calle habla de la prima de riesgo, de volver a guardar el dinero bajo el colchón y la sensación de desconcierto sube en su escalada hacia el infinito. Por el camino, se van quedando muchos. Los comedores sociales se llenan, las colas en el paro se agigantan, las pequeñas y medianas empresas cierran o sobreviven a duras penas, familias enteras de inmigrantes hacen las maletas, el fantasma del nacismo se asoma a nuestras ventanas europeas… Llegado a este punto no sabemos si alguien tiene clara la hoja de ruta o lo que es lo mismo, si sabemos y podemos salir de esta situación en la que nos encontramos. Porque muchos creemos que no tiene sentido seguir empeñados en recortar derechos sin que nada cambie más que el incremento de exclusión social y la aumento de la diferencia entre los que tienen mucho y los que nos estamos quedando sin nada.

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