jueves, 19 de abril de 2012

On air: Oportunidad perdida

Lo sé, estoy de bajón. Pero es que lo que veo, leo y oigo no me invita a otra cosa. Cuando empezó la crisis nos dijeron que iban a refundar el capitalismo. Ahora sabemos que la refundación consiste en fundir a los pobres y construir sobre ellos el nuevo capitalismo, más rapaz, más ruín, más cainita.


Uno de los tópicos más habituales al hablar de esta maldita crisis que nos asfixia es aquel que dice que la crisis hay que afrontarla como una oportunidad. La idea se suele reforzar con el recurso a que en el alfabeto chino ambos conceptos están representados con el mismo pictograma. Sin embargo, a estas alturas de la crisis, sin saber a ciencia cierta cuándo y cómo saldremos de ella, podemos plantearnos que, como oportunidad de mejorar nuestra sociedad, esta crisis es una oportunidad perdida..
Somos una sociedad que renuncia a sus principios por llegar a fin de mes. Sólo así se explica que el Gobierno apruebe perdonar a quienes se han negado a cumplir con sus obligaciones fiscales en los últimos años. Perdonar para recaudar, nos ofrecen. Lo que sea por ingresar nos sugieren. Y no les importa el mensaje que enviamos, todo vale por unos euros.
Todo vale, por unos euros. Hasta ultrajar a nuestros mayores Una sociedad que no respeta ni siquiera a sus mayores. Los que se han llevado toda la vida trabajando, contribuyendo para que este país avanzara lo que ha avanzado en los últimos 30 años, se encuentran, de repente con que en su vejez no les dejamos ni estar enfermos. Pensionistas que cobran 600 euros al mes teniendo que afrontar el gasto de medicamentos que requieren para resistir con dignidad. Una traición a nuestra memoria y a nuestro pasado con el objetivo de que a algunos les cuadren las cuentas.
Tampoco el futuro se presenta mejor. Porque el futuro de nuestra sociedad se construye sobre la educación y la educación va a sufrir otro de esos golpes mortales. Es un hecho que el sistema educativo español se encuentra entre los que tienen peores resultados, no ya de Europa sino de toda la OCDE. Pero, pese a ello, la respuesta pública es seguir recortando. Regresar a esas clases de 40 alumnos que vivimos en nuestra infancia en un entorno totalmente distinto, con familias menos estructuradas, con una mayor diversidad social, étnica y cultural supone hipotecar nuestro futuro paras los próximos 20 o 30 años.
Quisiera escribir un artículo optimista, uno que hable de un futuro mejor, de lo bueno que vendrá, pero cada vez que salgo a la calle, cada vez que pongo el telediario, cada vez que hablo con uno de esos que lo está pasando fatal, el optimismo se me cae al suelo. Supongo que vamos a salir de la crisis, pero lo haremos a costa de los más desfavorecidos, sobre las trizas del Estado Social proclamado en la Constitución que tanto costó edificar y que ahora lo están destrozando. No somos ni seremos mejores dentro de cinco, diez o quince años que ahora. Ya éramos una sociedad enferma, sin más valores que el dinero pero esta crisis ha servido para sacar gran parte de lo peor que somos.

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