lunes, 26 de marzo de 2012

Sorpresas te dan las urnas

Aunque cerré el Diario de Campaña el viernes por motivos obvios, la noche vivida ayer durante el recuento electoral me ha llevado a escribir esta entrada extra que titulo parafraseando aquella canción de Rubén Blades, porque la vida te da sorpresas y las urnas electorales también.

Foto EuropaPress en que.es
El PP busca culpables
Si no ha ganado de esta, parece que no ganará nunca. Con todo a su favor, después de haber vencido en las generales y municipales de forma clara en toda Andalucía -menos Sevilla-, con el rival golpeado y casi aturdido entre luchas internas y escándalos por doquier, con un despliegue de medios de comunicación a su favor, con las encuestas soplando en su dirección,... Ni por esas. El PP vence las elecciones pero se queda lejos de su objetivo de gobierno. A 5 escaños. Ahora toca buscar responsables. En Madrid filtran esa campaña de Arenas vete ya para señalar al candidato. El candidato, en su discurso, dice que siguen queriendo a Mariano Rajoy, Excusatio non petita, accusatio manifesta... O lo que es lo mismo, nadie dudaba de que lo quisieran a no ser que lo consideren culpable de la derrota. Sea como fuere, parece que nada volverá a ser igual en el PP-A. O quizá sí. Quizá Teófila se presente a las próximas autonómicas y, tras su derrota, desde Génova vuelvan a contar con un político andaluz, de larga trayectoria y deseoso de vencer las elecciones autonómicas: Javier Arenas.

Foto de EFE en 20minutos.es
El dulce sabor de la derrota
Que a nadie se le olvide que el PSOE ha perdido las elecciones y que su sangría electoral tomando en cuenta los últimos comicios electorales autonómicos tiene magnitudes desconocidas. Ha perdido 600.000 votos en cuatro años lo que no supone, precisamente, un espaldarazo a las políticas socialistas. Más bien, lo contrario. Por mucho que se empeñen en sumar los votos de IU a los suyos, el PSOE es el gran perdedor de las elecciones. Eso sí, Griñán, que era un cadáver político ya amortizado, ha resucitado. Ni la sombra de Chaves, ni las divisiones internas, ni la trama de los EREs han servido para tumbar definitivamente al candidato. Es, sin duda, una cuestión de expectativas. Esperaban tan poco que poder conservar el gobierno de la Junta les parece agua de mayo. Sobre todo a esos que llevan años pegados al carguito y no saben hacer otra que viajar en coche oficial.

Foto Europapress
IU, los únicos vencedores
Sólo un partido (coalición, en este caso) puede considerarse vencedora de las elecciones. Es Izquierda Unida. 120.000 votos más y el doble de escaños le dan la situación idónea para poder controlar la política andaluza los próximos años. Parece evidente que los andaluces han apostado por acercarse a esa utopía de banqueros a los que se les exigen responsabilidades, obreros con derechos y gobiernos que no se someten a los dictados de Europa. Ahora toca convertir la palabra en realidad, que una cosa es predicar y otra dar trigo. El problema para Izquierda Unida surge en la gestión de la victoria porque están casi tan encerrados como los demás partidos. La posibilidad de la sorpresa extremeña parece descartada (salvo que Sánchez Gordillo diga lo contrario). Sin embargo, el pacto anti PP,  lógico desde el punto de vista de ideología, les plantea la difícil tesitura de aliarse con el PSOE. Los últimos que lo hicieron (el PA) fueron fagocitados por el gran entramado del PRI andaluz. La experiencia en Sevilla capital tampoco es positiva desde el punto de vista electoral. Si son capaces de imponer una forma distinta de hacer política al PSOE y obligan a una auténtica regeneración en la Junta habrán cumplido con muchos de sus electores. De lo contrario serán más de lo mismo.

PA y UPyD, un muerto y un niño
Foto: Europapress
Los que se han quedado a las puertas presentan trayectorias muy distintas. Lo del PA es una defunción en toda regla, un partido nacionalista que se queda fuera del parlamento autonómico en dos elecciones consecutivas no es que tenga que pensárselo es que tiene que disolverse. Mira que me duele como al que más, pero la limpieza ha de llevarse por delante hasta la mano. Supongo que no será así, porque esta historia la he visto muchas veces. Seguirán sobreviviendo con los (pocos) Ayuntamientos que gobiernan y dentro de cuatro años volverán a estrellarse. Han fracasado muchas veces sin más propósito de enmienda que jugar al trile con algunos nombres. Les han robado su espacio por la derecha y por la izquierda y se quedan como una anécdota. Como los comuneros en Castilla o los regionalistas extremeños.

Lo de UPyD es distinto. Se quedan fuera pero suben 100.000 votos. No ha sido suficiente y me alegro porque me parece absurdo que un partido centralista pueda tener el control de una Comunidad Autónoma. De todas formas, esta no era su guerra. La suya consiste en que Rosa Díez tenga el máximo poder posible en Madrid. Su problema surgirá cuando, aplicando sus estatutos, la dueña del partido no pueda presentarse. A no ser que haga un Chávez y poco antes cambie los estatutos. Veremos.


Nosotros, los andaluces
Resulta que somos unos incultos. Analfabetos. Ignorantes. Subsidiados. Corruptos. Un sociedad enferma, clientelar. En 126 días hemos pasado de ser los impulsores del cambio, encabezar la marea azul que le daba la vuelta al zapaterismo y nos conducía hacia un camino de bienestar y felicidad a convertirnos en la rémora que puede provocar que intervengan a España (Pedro Jota dixit).
Cuando un pueblo vota, ejerce su derecho democrático y elige según le presentan. No me siento orgulloso de los andaluces porque casi la mitad se quedaron en su casa y no fueron a votar. Tampoco me siento orgulloso de sus políticos, responsables primeros de esa desmovilización. Pero los que votaron decidieron que entre lo que había preferían girar a la izquierda antes que hacia la derecha. En cuatro meses, el PP ha perdido 350.000 votos en Andalucía. Gran parte de la clase media, funcionarios, trabajadores cualificados,... se ha visto traicionada por las primeras medidas y le han dado un revés a Rajoy en la cara de Arenas. Ni más, ni menos. Lo contrario es querer buscar fantasmas y respetar muy poco la democracia.

La encuesta que ofrecía hace unos días
El País daba un 59-41-9, lejos de la realidad
La fiabilidad de las encuestas
Ni una encuesta ha acertado. Ahora hablan de las que se han quedado cerca. Pamplinas, porque si yo hago una predicción diez días antes me quedo tan cerca como muchas de las encuestas. Como me dicen muchas veces "a mi no me han preguntado". La fiabilidad de estos métodos por los que los partidos y los medios de comunicación pagan su buen dinero es escasa por no decir nula. La utilidad es grande. Sirven para impulsar el voto y para tenernos distraídos durante mucho tiempo. Pero ya digo, que de eficacia y certeza, la misma que mi bola de cristal. Incluso la que se hizo a pie de urna fracasó, con sobrerrepresentación popular e infrarrpresentación de IU. El fiasco fue mayor aún por la forma en la que se desarrolló el recuento. Antes llegaban primero los datos de las ciudades, más cercanas y mejor comunicadas con el centro del control. Ahora, con las PDAs, los primeros en enviar sus datos son los pueblos pequeños con mesas con menos electores. Por eso los primeros escrutinios dieron ventaja amplia al PSOE y generaron esa sensación de sorpresa que, con el tiempo se redujo pero se mantuvo.

1 comentario:

  1. Me parece bien el análisis. Ahora, en la resaca postelectoral, surgen varias cuestiones. La primera y más evidente es como van a conciliar sus políticas de ajuste inevitables, por otro lado, el matrimonio PSOE-IU, con su electorado. La realidad es que esas políticas van a venir impuestas desde arriba, Bruselas, no Madrid. Con una economía semiintervenida no cuadra el despilfarro socialista de seguir,sí, en este año, regalando ordenadores netbook a los niños andaluces para que se conecten al Twenty. Cuando empiecen los ajustes siempre quedará el recurso martiriológico de echarle las culpas a Madrid. No me cuadra con la "imagen" de político serio de Griñán.
    La segunda gran cuestión es, y ya se comenta en el artículo, si IU logrará sobrevivir al coste que han tenido siempre para la coalición las alianzas con el PSOE. No olvidemos de dónde vienen López Garrido, Cristina Almeida, Gerardo Iglesias,Rosa Aguilar,etc. ¿Conseguirá por fin IU hacerse con hueco y personalidad propia en este escenario bipartidista?. ¿O acabará sumergida en el peso inevitable de la maraña de cargos, comisiones y confusiones que genera el poder en Andalucía?.

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