Un homicida saliendo del hospital |
No los entiendo. No entiendo qué le ven a Sálvame ni al resto de programas que lobotomizan a tantos españoles. "Es por no pensar", me dicen cuando pregunto. Ya, ya. Ya sé que si ves ese programa no tienes mucho en lo que pensar. Pero no es que no pienses mientras que ves ese programa, es que no pensabas ya de antes ni pensarás después. Es decir, que sacrifican la capacidad de raciocinio, lo que nos distingue de los animales porque así lo manda la pantalla plana de ideas y de valores. De no pensar, de hecho, han convertido a una tipa sin más méritos que vender su vida y utilizar a su hija en el referente de esta España en la que vivo, de esta Andalucía por la que sufro.
Será por no pensar, por lo que un grupo de personas se amontonaron en la puerta de un hospital para ver salir a un homicida y aplaudirle. Un indeseable que iba borracho al volante de su cuatro por cuatro aunque iba a recoger a su hija de una fiesta. Una escoria que segó la vida de otro hombre que circulaba correctamente pero que tuvo la desgracia de cruzarse con ese malnacido y su todoterreno. Pero le aplauden, porque es famoso, porque así lo dice la televisión, porque dejaron de pensar hace mucho tiempo.
Me repugnan quienes cogen el volante bebidos. Me avergüenzan quienes les aplauden.
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