jueves, 26 de mayo de 2011

On air: Sin banderas

La columna de hoy surge por la noticia de ayer. La Victoria, la playa joya de la Corona, la niña bonita del equipo de gobierno ha perdido su bandera azul. Ya están empezando a cruzar el cielo los achaques de responsabilidad. Siempre desde San Juan de Dios hacia otros sitios, porque ellos no tienen la culpa de nada. Pero cuando daban las banderas bien que presumían.


Aprieta el calor y los gaditanos comienzan a visitar sus playas. Es una de las grandes ventajas que da vivir en esta ciudad, mitad asfalto mitad arena.  Es sólo un anticipo para el verano que viene en la que numerosos visitantes, atraídos como por un imán, harán pleno uso y disfrute de nuestras maravillosas playas. Son fuente de ingresos fundamental para una ciudad que ha decidido que no sabe vivir de otra cosa. Sin industrias, con un comercio asfixiado por los grandes almacenes con puente y las franquicias, sólo queda el turismo que en más de medio año son las playas.
Por eso no se explica que nuestras playas vivan uno de sus peores momentos desde que se inaugurara el Paseo Marítimo actual. Ya el año pasado el Ayuntamiento decidió recortar los servicios de playa en una hora, dejando la insólita imagen de los socorristas recogiendo sus bártulos mientras que la playa continuaba a rebosar.
Esta temporada ha empezado con críticas a la limpieza de usuarios y personal. Según parece, el recorte de trabajadores del servicio hace imposible tener la playa en las condiciones en las que debería estar. Es verdad, debería estar limpia porque nadie dejase suciedad, pero como eso no ocurre hace falta un servicio de limpieza adecuado.
La gota que ha colmado el vaso ha sido la noticia de ayer. Después de  24 años ininterrumpidos, la playa de La Victoria, uno de nuestros principales emblemas turísticos, ha perdido la bandera azul de los mares limpios de Europa.
Ahora llegan los lamentos, las críticas a la organización que concede las banderas, críticas que, por supuesto, no llegaron los años que se acumulaban las banderas azules y propiciaban actos de propaganda como aquel izado conjunto que realizó Nuestra Alcaldesa días antes de las elecciones municipales de 2007. Por cierto, podría ser una de las fotos para añadir a su campaña comparativa, la de La Victoria en 1987, con Carlos Díaz como alcalde, con la bandera azul y la de ahora sin bandera.
Ya se sabe que el fracaso no tiene padres y no es de extrañar que, en unos días el Ayuntamiento diga que todo ha sido culpa de la Junta, de Zapatero, de los gaditanos o de los que nos visitan. Hay quienes les compran sus excusas y su irresponsabilidad. A los concejales de este Ayuntamiento probablemente les dará igual porque repiten mayorías absolutas y siguen cobrando sus sueldos. Pero a los ciudadanos nos importa mucho. Los ciudadanos necesitamos nuestras playas en perfecto estado. Para disfrutarlas y, sobre todo, para que generen riqueza. La poca que nos permite ir tirando año tras año.

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