jueves, 16 de diciembre de 2010

On air: Enfrentarse al Estado.

Si llevara en el Hoy por Hoy Cádiz desde 2006 habría hablado de Delphi varias veces. En su momento participé en las manifestaciones para evitar la desindustrialización de la Bahía. Ahora que vuelve el tema a estar sobre la mesa vuelvo a ponerme del lado de esas personas que perdieron su empleo. Todos los parados tienen derecho a un trabajo, pero es que a estos, además, les engañaron los políticos.


El otro día, un amable oyente, me pedía mi opinión sobre la militarización del espacio aéreo decretada por el gobierno socialista. No creo que mis columnas deban ser el consultorio del oyente, pero dado que en esta ocasión, me calificaba de progre y esa es una de las cosas más bonitas que alguien puede decir de mi, tendré a bien contestarle.
Por eso le digo que, lo haga un gobierno del PSOE o lo haga un gobierno del PP, a mi lo de responder a una protesta laboral con los militares y el estado de alarma me da pavor. Miedo, Terror. Creo que la cobardía de los controladores por no convocar una huelga y querer pasarse de listos con lo de las bajas justifica la intervención estatal, pero la militarización y el estado de alarma me parece excesivo. Como tampoco me gusta oír a Rubalcaba decir que “el que se enfrenta al Estado siempre pierde”, porque él no es Luis XIV y el Estado no es él.
En general, como buen progre, en este tipo de circunstancias estoy a favor de los trabajadores. Como estoy a favor de los trabajadores de Delphi, mejor habría que decir los parados, en sus reivindicaciones. Entiendo, no obstante, la campaña que hay en su contra. El de Delphi es un pésimo ejemplo para los políticos. Cuando alguien como el Delegado de Empleo dice que todos los parados son iguales debería pensar por qué no dijo eso en su momento. Hace cuatro años los trabajadores de Delphi perdieron sus puestos de trabajo y para callarles la boca antes de las elecciones la Junta de Andalucía les prometió el oro y el moro y ahora, cuatro años después, no han cumplido su palabra.  
Es cierto, que los trabajadores de Delphi sólo se han movilizado cuando se han encontrado en la tesitura de verse sin nada en pocos meses, mientras que estaban en los cursos y cobraban nada decían, pero ese era el compromiso. Ellos se han formado según les exigía la Junta, pero ahora la Junta no les da los puestos de trabajo prometidos. Y los trata de enfrentar con el resto de los desempleados de esta provincia. Pero si los de Delphi tienen tan altas exigencias la culpa no es de ellos, es de los políticos, entre los que estaba Juan Bouza, que se comprometieron. Y si lo consiguen con las manifestaciones que están emprendiendo, estarán enseñando el camino a los 175.000 desempleados que tiene la provincia de Cádiz. O al menos, al porcentaje de estos que de verdad quieren encontrar un puesto de trabajo. Porque, probablemente, si en la marcha contra la crisis del pasado martes en el Palillero, en lugar de 700 hubiera habido 170.000 otro gallo cantaría a esta provincia. Y a los políticos mediocres que nos gobiernan sólo les quedaría recurrir a la militarización o a los bolazos de goma en la cara de los parados para defender al supuesto Estado que, según parece se esconde en Cádiz, en el número 7 de la Plaza de San Antonio.

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